(2 Corintios 4:16)
Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando más fuerza.
Jesús te ama, Dios te bendiga! Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó!
(Romanos 10:9)
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.